Investigadores estadounidenses acaban de demostrar que las pilas de combustible bacterianas pueden “autoabastecerse” de energía y producir suministro ilimitado de hidrógeno. Hasta ahora necesitaban una fuente de electicidad externa para iniciar el proceso.
Este dispositivo emplea bacterias que logran liberar electrones de forma natural en ambientes externos desintegrando materia orgánica, solo que en esta ocasión trabajan dentro de la pila de combustible microbiana. La energía liberada por los microbios
puede emplearse también para generar hidrógeno, al que algunos mencionan como el vector energético del futuro.
El gran avance, como decimos, es que no hace falta una fuente externa de energía para iniciar el proceso. Lo único que hace falta es añadir algo de agua dulce, un poco de sal, y emplear ciertas membranas para que surja el potencial eléctrico gracias a un proceso llamado electrodiálisis inversa.
El elemento crucial son las membranas, que logran recolectar la energía a partir del movimiento de los átomos cargados que se mueven del agua salada al agua dulce.
Como dicen los responsables del hallazgo, ahora mismo esta tecnología se parece a la fotovoltaica, sabemos que puede funcionar pero de momento es excesivamente cara.
¿Conseguirán reducir su coste? No en un futuro cercano, pero más nos vale que más pronto que tarde podamos contar con algo parecido.

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